Consumo responsable
El consumismo
El consumismo puede referirse tanto a la
acumulación, compra o consumo de bienes y servicios
considerados no esenciales, como al sistema político y
económico que promueve la adquisición competitiva
de riqueza como signo de status y prestigio dentro de un grupo
social. El consumo a gran escala en la sociedad
contemporánea compromete seriamente los recursos naturales
y el equilibrio ecológico. El consumismo, entendido como
adquisición o compra desaforada, idealiza sus efectos y
consecuencias asociando su práctica con la
obtención de la satisfacción personal e incluso de
la felicidad personal.
El consumismo inicia su desarrollo y crecimiento a lo
largo del Siglo XX como consecuencia directa de la lógica
interna del capitalismo y la aparición de la mercadotecnia
o publicidad -herramientas que fomentan el consumo generando
nuevas necesidades en el consumidor. El consumismo se ha
desarrollado principalmente en el denominado mundo occidental
-extendiéndose después a otras áreas-
haciéndose popular el término creado por la
antropología social sociedad de consumo, referido
al consumo masivo de productos y servicios.
Conclusión: Por consumo responsable entendemos
la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y
precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la
conducta de las empresas que los elaboran.
Obsolescencia programada
La obsolescencia programada u obsolescencia planificada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Consecuencia: El potencial de la obsolescencia programada es considerable y
cuantificable. Es altamente beneficioso para el fabricante, dado que en
algún momento fallará el producto y obligará al consumidor a que adquiera otro más satisfactorio,
ya sea del mismo productor (mediante adquisición de una pieza para
reemplazar y así arreglar el viejo producto o por compra de un modelo
más nuevo), o de un competidor, factor decisivo también previsto en el proceso de obsolescencia programada.
Desechos y contaminación: El objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico. Por ello otros objetivos como la conservación del medio ambiente pasan a un segundo plano de prioridades.
La falta de una gestión adecuada de los productos manufacturados que
se vuelven obsoletos constituye un foco de contaminación. Es una
consecuencia del sistema de producción y económico contemporáneo, que
promueve el consumo creciente. Por ello, la sostenibilidad de este modelo a largo plazo es discutida.
Además, países del tercer mundo están siendo usados como vertedero de
todos estos productos inservibles; lo que está generando una
considerable contaminación y destrucción del paisaje en dichos países.
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